
Perdonen la intromisión. Cuando leí a Antoine Albalat pensé en los lectores de habla hispana que no tenían acceso a su sabiduría y abrigué cierta impotencia. No podía ser que la mayoría no conocieran una obra imprescindible para aquellos que emprenden el camino del aprendizaje de la escritura de ficción. Ha existido en nuestra lengua, un acercamiento inicial por editorial Atlántida, en 1949, pero parcial, y no reactualizado. Lleno de dudas, me puse manos a la obra en la labor de interpretar al escritor y crítico francés, porque nada debería detener el crecimiento de la razón. Confieso. Es la primera vez que andar sobre los pasos de otro me ha sido tan grato. Este empeño me ha obligado a repensar mi acercamiento a la lectura, porque no existe lectura más atenta que la que se hace para la traducción. En especial, porque no soy traductor de profesión, es decir, nunca he ido a academia o universidad alguna con el objetivo […]