
He aquí una de esas novelas que no se olvidan. Que no pueden olvidarse. Que una vez leídas pasan a formar parte de la experiencia del lector, no como simple lector, sino como ser humano que ha vivido esa experiencia. Por la panorámica que traza, por cómo lo hace, puede que Félix Luis Viera haya escrito con “El corazón del Rey” la tan esperada “novela de la revolución cubana”. No, por supuesto, en el sentido que los oficialistas del régimen dan a ese título (o se lo darían si tal novela se escribiese); es decir, no por ser la que mejor enaltece el llamado “proceso social existente en el país” –algo que ni Carpentier logró, pese al esfuerzo, con su malograda “Consagración de la Primavera”–, sino por ser la que mejor describe esa realidad, sin otra pretensión que describirla. Y aunque si así no fuera (si no fuese esa “esperada novela de algo”), de todos modos impresiona, y mucho. De […]