Dúctil, de muy fácil vuelo…

 

 

 

A carencia de talento

el necio sus fuerzas prueba,

con lo más prosaico ceba

su falta de fundamento.

De ahí que en fútil intento,

prejuiciado en sus sandeces

se desboca muchas veces

de la manera más tonta

y solo deja en su impronta

mucho ruido y pocas nueces.

 

 

 

Abunda el oportunista,

el que acecha fácil presa

cuando en breve sutileza

procede como un artista.

En tanto al lance se alista

no piensa si le compete,

a lo oportuno arremete

con su paremia al costado:

Cuando el potro está ensillado

nunca le falta jinete.