Los italianos debieron vivir en el caserío levantado cerca del litoral sin tener contacto con los escasos pobladores de los feudos circulares existentes entonces, debido a su lejanía y dispersión. Es obvio su aislamiento durante la etapa inmediata a su llegada a Cuba; de lo contrario, nadie hubiera llamado Los Arroyos a aquel primer asentamiento nombrado Mantua por sus fundadores después de su abandono definitivo para instalarse en otro lugar.
De acuerdo con diversas fuentes, en esta región se utilizó para el trasiego de mercancías entreLa Habanay las haciendas mantuanas, los surgideros de San Francisco, Santa Isabel, Baja y Los Arroyos. El primero en ser habilitado como embarcadero fue el de San Francisco, posiblemente en 1578, por su posición en la desembocadura del río Mantua y su proximidad al corral Cruces de Abalos. No obstante, lo intrincado y pantanoso de la zona terminó por dar al traste, ya a finales del siglo XIX, con su actividad económica. Los demás, excepto Los Arroyos, contribuyeron al tráfico marítimo entre los hatos y corrales de San Bartolomé, Baja, Macurijes, Navarro o Ceja (1597-1600), Santa Isabel (1607), etc y el puerto deLa Habana.
La historia del embarcadero de Los Arroyos debió comenzar de manera muy distinta, debido quizás a su relativa lejanía de los hatos y corrales establecidos en la región en el siglo XVI y principios del XVII, no fue utilizado como tal hasta por lo menos la primera mitad del siglo XVIII, aunque su actividad se mantuvo muy débil hasta finales de la siguiente centuria. Pero, según la tradición oral, Los Arroyos fue primeramente una guarida de buques piratas y luego se convirtió en puerto seguro para el comercio de contrabando gracias a sus singulares características geográficas. En su libro Historia de Cuba, Ricardo Rousset describe a los primeros pobladores de la comarca mantuana como pescadores y hombres dedicados al comercio de contrabando con corsarios que, como los colombianos, infectaron la costa norte de la región hasta 1827 y aunque venimos haciendo referencia a hechos que ocurrieron a principios del siglo XVII, es muy probable que esas ocupaciones de los antiguos mantuanos –a falta de otras– se hayan mantenido inalterables durante más de cien años.
¿Fue este el motivo por el cual los náufragos se internaron tierra adentro después de su estancia relativamente breve en el surgidero de Los Arroyos? Resulta demasiado aventurado afirmarlo, pero tal ves hastiados de lidiar con personas de semejante estirpe, emigraron hacia el interior en busca de sosiego; de otra manera es bien difícil de explicar cómo el grupo de marinos decidió apartarse definitivamente del litoral.