Descripción
En Bel Ami Guy de Maupassant fotografía con gran realismo a la sociedad intelectual, política y financiera del París de fines del siglo XIX, y sobre todo a su producto más directo, un hombre ambicioso que pierde todo escrúpulo hasta convertirse en un ser vil que asciende en la escala social.
Un Maupassant distinto, un escritor alejado de sus escritos desquiciantes. Es aquí más medido, académico casi, pero con una sencilla y emocionante prosa que nos traslada un retrato psicológico espléndido de quienes están dispuestos a triunfar a cualquier precio.
¿El señor Forestier, por favor?
El pantalón, demasiado largo, se ajustaba mal a la pierna y hacía arrugas en la pantorrilla, lo que le daba esa apariencia de cosa usada que suelen tomar las prendas de alquiler sobre las carnes que ocasionalmente cubren. El frac era lo único que podía pasar, pues había conseguido encontrar uno a su media, poco más o menos. Subía los peldaños lentamente; el corazón le saltaba en el pecho; iba lleno de ansiedad y le hostigaba, sobre todo, el temor de hacer el ridículo. De pronto, se halló ante un caballero vestido de etiqueta, que lo miraba fijamente. Tan cerca se hallaban el uno del otro, que Duroy retrocedió un paso y se quedó, al fin, estupefacto: era él, él mismo, reflejado por un gran espejo vertical, que en el descansillo del primer piso copiaba la perspectiva de la galería. Al hallarse mejor de lo que creyera, se estremeció de júbilo. Como en su casa no tenía otro espejo sino...
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