Descripción
La novela está contada desde la óptica de un miembro de esa tribu urbana, ecléctica, estentórea, transgresora de las “buenas costumbres” pequeño burguesas. Una tribu que ha transitado por períodos que van desde lo siniestro –en la década del 70– hasta lo orgiástico –en el comienzo del siglo XXI.
La tribu rockera. Los friquis (o free kiss). Los satánicos o endemoniados. Los que cargan con el estigma de llevar pelo largo y tatuajes antes de que se pusieran de moda, y dan tanto miedo a los padres de las muchachas solteras. Y los estigmas de la alucinación, el trance, la inoportunidad, el desorden. Son los inculpabilizables, como los llamó Milan Kundera. (Mariela Varona)
¿Para qué me empecino en conocer la razón de su llanto?
Sí, lloraba enigmáticamente provocando en mí las más imaginativas conjeturas. Pero, ¿lograría yo algo con tratar de llevar a cabo la idea que surgió en mi mente el instante en que la vi? ¿Cuál es la razón por la que, mientras buscaba mi asiento, me esforcé en encontrar un pretexto para sentarme cerca de ella y tratar de hablarle? Había estado repitiendo en mi mente el número 30, mi número, de seguro el asiento de la ventanilla, y la idea me resultó agradable, pues siempre me ha gustado el lado de la ventanilla, y fui escudriñando, con la rapidez que me permitía el tránsito de personas en el coche, la numeración de los asientos. ¿Este es el coche tres?, le pregunté a una ferromoza. Más allá, me contestó señalando al final del pasillo. Y por si las dudas seguí preguntando hasta que llegué a este coche, y fue entonces cuando la vi, en medio de la plebe ruidosa y exasperada....
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